martes, 18 de diciembre de 2012

Llegan ya las Navidades


Falta muy poco para esta entrañable fecha. La verdad es que yo no soy muy partidario de estas fiestas. Para empezar, como buen ateo que soy, paso olímpicamente de los continuos mensajes católicos que se envían en estas fechas, especialmente ahora, que el papa ha dicho que en el Belén no había ningún animal, condenando al supuesto hijo de Dios (nacido de una manera muy extraña pero eso ya es otro tema) a pasar su primera noche pillando un catarro. Segundo asunto, los reyes magos traen al niño: incienso, mirra, y aparece el otro enviando oro. Llego a ser cualquiera de los otros dos, y en cuanto nadie mire, le apuñalo la espalda al listo del oro.
En fin, blasfemias a parte. No comprendo el asunto de que la familia que no se ve en todo el maldito año, se reuna hipócritamente en estas fiesta para fingir que nos llevamos bien. Mientras que a mí me meten preguntas por todas partes. Tal que así:
Abuela: Vente p'acá
Yo: (inocente) ¿Me vas a dar las estrenas?
Abuela: No. Pero quiero hacerte una pregunta. ¿Qué tal tu vida?
Yo: Pues bien. Sigo en el instituto, deseo matar entre terribles sufrimientos al que decidió hacer tan difícil la selectividad, y llevo un blog con una serie en internet.
Entonces viene lo que ya te mata.
Abuela: ¿Y qué más?
Yo: Pues no sé. Estudio, escribo guiones y relatos cortos...
Abuela: Pero harás algo más digo yo.
Yo: No sé. Alcohol, Sex, drugs, Rock n Roll, hombres, películas, más hombres.
Entonces te das cuenta de que tu abuela no sabía que eres gay y le da un chungo en todo el salón en medio de las gambas. Y tú sales con una cara de satisfacción en plan: muy bien, te has cargado a la familia, pero seguro que no te preguntarán nada más en toda la noche.
*Nota* En realidad mi familia no es homófoba, solo lo he hecho por hacer el monólogo cómico.
Aunque sí es verdad que en la familia de mi padre no saben que soy homosexual.
Por último, viene la parte que más me gusta de la Navidad, y es tal vez el único motivo por el que no me enclaustro las dos semanas de vacaciones: La fiesta y los regalos.
Me encanta porque hay tres celebraciones: Nochebuena, Noche vieja, Noche de Reyes.
En Nochebuena y Reyes recibo regalos, y en Noche Vieja suelo montar una super-party con amigos, ahí si que tenemos alcohol, Yuuuuuuuuju.
La verdad es que este año no sé qué pedir, pero desde los 15 años, me gusta más recibir dinero y comprar yo mismo las cosas, así soy el único que sabe bien en qué lo gasto y qué compro.
Por cierto, aprovechando la fecha del estreno, estas Navidades, iré sí o sí a la primera sesión de "¡Rompe Ralph!" que se haga en el Kinepolis.

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